¡Chicas! ¡Ya sabemos qué pedir estas Navidades!¡Moschino ha dado en el clavo otra vez! Un perfume hecho para nosotras, con esa botella tan sexy y creativa que nos transporta a nuestro verdadero lugar en las tareas del hogar. ¡Qué suerte que alguien nos recuerde que seguimos dedicando muchas más horas en las tareas del hogar que ellos!

Pero es que además nos lo venden como si nos correspondiese, como si fuese lo «nuestro»: conciliación lo llaman. Y esto ocurre igualmente con la crianza de los hijos: su educación, llevarlos al médico, su alimentación, sus actividades extraescolares, su vestimenta, los medicamentos que han de tomar, sus cumpleaños y los de sus amigos, las citas con sus profes, etc, etc, etc.

Todo nos lo envuelven en un halo de creatividad y mentira como el de este perfume. Nos lo venden como si fuéramos una Linda Evangelista de la vida, llevando un perfume caro y sintiéndose una «superwoman», cuando en realidad somos personas normales, de a pie, y lo que tenemos en la mano no deja de ser un limpiacristales.

No queremos cambiar el limpiacristales por el perfume, ni el perfume por el limpiacristales. No queremos #femspacios. Lo que queremos es compartir ambos con los hombres en el lugar adecuado, y que los medios de comunicación dejen de vendernos cómo debemos de ser por ser mujeres u hombres.