El terreno de la educación también se merece unas buenas rebajas, pero unas de calidad, de las de verdad, con promociones fantásticas, ofertas 2×1 y 3×1, vales de descuento, etc, etc, etc. ¿Te apuntas? ¡Comenzamos!

rebajas, descuentos

¡Rebajas de 30 % en gritos a nuestros hijos!

Hace unos meses me encontré un día con una situación de lo  más esperpéntica. Mi hija de dos años estaba gritándole a su hermano de cuatro como una descosida, usando palabras, gestos y un tono que correspondían a una persona adulta, y no a una niña de dos años. Aunque en realidad, lo que más me dolió no fue que le estuviese gritando a su hermano de aquella manera, sino que lo que estaba haciendo no era otra cosa que imitarme. Me vi reflejada al instante, mi hija era yo misma gritándole a mis hijos, y no me gustó nada…

Desde ese mismo momento opté por rebajar mis gritos de manera gradual ( no es tan fácil como parece). Así que, cada vez que pierdo los nervios, y toda esa rabia y estrés se dirige hacia mis cuerdas vocales, trato de hacerme consciente al momento, y rebajo todo lo que puedo, bien sea bajando el tono, añadiéndole una frase más suave a continuación, o si es necesario, pidiendo perdón por mi actuación y confesando que está muy mal gritar de esa manera.

madre, gritos, hijosFoto de SuperAwesome en Flickr

Estrategia

Un truco de lo más fantástico y que nunca falla es el siguiente: «Piensa que te están viendo otras personas». La mayoría de las veces los gritos son dentro del hogar, cuando estamos fuera tratamos de solucionar la situación de otra manera (no siempre la más adecuada), porque nos da vergüenza que nos vean gritando. Y si te da vergüenza es porque sabes que no está bien. Pues cada vez que te encuentres gritando, simplemente actúa como si te estuviesen observando, a mi me funciona.

¡Rebajas del 40% en discusiones de pareja delante de nuestros hijos!

Todos discutimos. Por mucho que nos queramos, nos amemos o nos deseemos, lo cierto es que discutimos. A veces por tonterías, y a veces por situaciones mucho más importantes, pero lo hacemos a menudo, y aunque esto no es malo en absoluto, nuestros hijos e hijas no tienen por qué vivirlo.

Al igual que con los gritos a nuestros peques, las discusiones no siempre son fáciles de llevar. Lo ideal sería exponer puntos de vista de manera educada y tratar de llegar a un acuerdo. Pero nuestro día a día está lamentablemente lejos de esta utopía. A veces nos faltamos al respeto, usamos palabras malsonantes o incluso decimos cosas que no sentimos realmente. Quizás al día siguiente se nos han olvidado porque solo formaron parte del «calentón» del momento, pero a nuestros hijos no se le habrán olvidado.

Mi hijo me tiene sorprendido recordándome situaciones que ni siquiera yo recuerdo: «Sí mami, ¿te acuerdas aquel día que tu hiciste aquello o dijiste aquello otro?». Y yo me quedo de piedra. Incluso cuando se les olvide la discusión en sí o su temática, se les habrá quedado la forma de tratar a la otra persona, los gestos, el tono, las miradas… Y tarde o temprano acabarán emulándolas…

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Estrategia

Os propongo algún tipo de truco entre vosotros, alguna estrategia. Cuando una discusión se vaya un poco fuera de tono, tocaros el brazo o apretaros la mano, esto no solo recordará a la otra persona que no es un momento o lugar adecuado para esa discusión, o que simplemente hay que rebajar el tono. El contacto además hará que la tensión de la otra persona disminuya en gran medida.

¡Rebajas del 50% en los castigos a nuestros hijos!

Sinceramente, ¿crees que los castigos enseñan algún tipo de lección? Sí, lo sé, a veces son efectivos, pero eso no quiere decir que sean adecuados o positivos. Está claro que si te pegaban un cachete bien dado no ibas a volver a olvidarte la puerta abierta, pero no porque entendieses que era peligroso dejarla abierta, sino porque querías evitar otro cachete, porque tenías miedo a volver a recibirlo. ¿De verdad es eso lo que quieres transmitir a tus hijos?

Tanto los castigos como gran parte de las recompensas (en especial si estas son materiales), generan una motivación únicamente extrínseca, es decir, la conducta dejará de existir, pero en cuanto el castigo o la recompensa desaparezca, es muy probable que este comportamiento vuelva a aparecer.

Esto lo podemos observar los docentes cada vez que escuchamos la pregunta: «¿esto entra en el examen?» mientras estamos explicando algo interesantísimo. En realidad, en gran parte es culpa nuestra, porque la mayoría de los estudiantes no estudian para aprender sino para aprobar, sacar nota, o en muchos casos, no suspender y recibir el correspondiente castigo.

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Estrategia

En este caso os invito a cambiar los castigos por consecuencias. En vez de decirle a vuestros hijos: «¡como no recojas todos los juguetes, no vamos al parque!» podéis decirles, «en cuanto recojas los juguetes, bajamos juntos a jugar al parque, ¿de acuerdo?». Si os fijáis, la información es exactamente la misma pero tu hijo o hija no lo verán como una amenaza, y en vez de enfocarlo como si fuera un castigo o una bronca, lo van a entender como algo positivo, como un regalo.

Ofertas familiares 2×1 y 3×1

¡Estas sí que no te las puedes perder! Eso sí, han de ser llevadas a cabo de manera instantánea. Aquí tienes las instrucciones para su óptima aplicación:

  • Cada vez que tu hija te de un beso, tú dale dos o tres!
  • Cada vez que tu hijo te diga que te quiere, tú díselo doblemente!
  • Cada vez que tu hijo se haya esforzado mejore o no sus notas, felicítalo tres veces con muchísimo orgullo!
  • Cada vez  que tu hija te de un abrazo espontáneo, para de hacer lo que sea que estés haciendo y dedícale tres minutos de un abrazo muy intenso, y un poco «de colo», como decimos en Galicia.

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¡Vales de tiempo con los tuyos!

¡Y es que esta temporada estamos que tiramos la casa por la ventana!Por eso por cada rebaja que consigas en la educación con tus hijos, te regalaremos unos vales de tiempo de quince minutos para disfrutar con cada uno de ellos. Muy importante: ¡no se pueden compartir, pues son únicos e intransferibles! Quince minutos de calidad son mejores que horas de simple atención o supervisión. Y si te parecen pocos siempre puedes aumentar tus rebajas, para conseguir algún otro.

Esta es la mejor temporada del año, no la dejes pasar, y aprovecha todas las promociones que te ofrecemos desde Realkiddys, ¡porque tus hijas y tus hijos se merecen las  mejores rebajas!

Si eres más de podcasts, puedes escuchar el último programa de esta temporada del «Espacio Educativo #Realkiddys» sobre esta misma temática en el el siguiente enlace:goo.gl/wsvtOI

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