No, esas son malas madres porque le dan el iPad al niño para pintarse las uñas, o le enchufan un donuts porque se olvidaron de comprar el pan…Yo soy una pésima madre, con todas las letras P-É-S-I-M-A…
Y es que desde que soy bimadre algo ha cambiado en mi. No sé lo que es. No lo entiendo. Yo antes no era así. Jamás me habría pasado algo parecido. Una mente privilegiada, no me hacía falta anotar fechas ni horas porque todo me quedaba en mi cabecita, aunque la cita tuviese lugar a tres meses vista. No me hacía falta más agenda que mi cerebro. Nunca se me olvidaba nada.
A muchas mujeres nos han pasado situaciones parecidas. Y además de sentirte mal por ello, a veces te caerá una bronca por tu irresponsabilidad, tu malhacer, tu falta de concentración… Y peor te sentirás… ¿Por qué a ellos no les pasa?¿Por qué nunca se confunden y le dan el jarabe al hijo equivocado?¿Por qué? ¿Por qué siguen teniendo la misma cabecita de antes que ser padres??
Yo te lo diré. Es fácil, es simple, solo hay que darse cuenta. Si no juegas a la lotería, nunca te tocará, no ganarás, pero tampoco perderás. Si nunca tiras el penalti decisivo, no lo fallarás, está claro. Si lo metes serás un héroe, si lo fallas un fracasado. Pero al menos en este caso tienes un 50% de posibilidades de triunfar.
Si eres madre en la sociedad en la que vivimos, por muy moderna y luchadora que pretendas ser, probablemente solo se reconocerán tus fracasos. Nadie te aplaudirá por acordarte de cortar las uñas a la peque, de poner el mandilón en la mochila todos los lunes y lavarlo todos los viernes. Nadie te dará la enhorabuena por dominar dos medicaciones diferentes para dos hijos a la vez, con horarios y dosis diferentes. Eso se da por supuesto, y se da porque no se ve el trabajo y esfuerzo que hay detrás.
Por eso he decidido escribir estas letras para que esos maridos, novios o parejas (que no son todos, afortunadamente, pero “habelos, hailos”, y muchos) que no ven , al menos lean lo que hacemos todos los días, y entiendan que las cosas no ocurren porque sí…
5 Cosas que Ellos no ven
Foto de Sarah Klockers-Clauser
Así que te pido que POR FAVOR;
1. No lo llames solo “ir al médico”: Llevar al niño al pediatra implica llamar (generalmente unas 10 veces para que contesten), coger cita, preparar bolsa de pañales, acordarse de la tarjeta y las recetas, coger una muda por si acaso, y atar bien al niño que además de enfermo está insoportable en la silla mientras te mojas porque llueve. Dar mil vueltas hasta encontrar aparcamiento, mojarse otra vez de camino al pediatra, esperar un buen rato, y tratar de entender lo que te dice del mayor mientras la pequeña requiere tu atención a gritos. Parar en una farmacia, bajar con los dos, comprar la medicación, volver a atarlos en sus sillitas e ir a casa.
2. No es solo “ponerle la merienda” en la mochila: Todos los días, de todo el curso escolar, el niño lleva su merienda en la mochila, que ha de ser variada, además de lo más natural posible. La merienda no aparece allí por casualidad. Sino que alguien ha ido a la compra, se ha acordado de ello, se ha preocupado porque fuese sana, la ha llevado a casa, guardado y cada día dedica unos minutos (de esos valiosos de la mañana) a prepararla.
3. No es solo “llevarlo a la extraescolar”: Antes te lo has pensado mucho, si sería buena para tu hija, si le ayudaría a crecer como persona. La has escogido con ella a conciencia, y cada lunes y miércoles la llevas en tu coche a la actividad, después de preocuparte de que lleve en la mochila todo lo que necesita para la misma. Esperas por ella una hora metida en el coche tratando de leer algo con esa luz tan ridícula de los coches, y vuelves a recogerla con una sonrisa. En total es más de una hora y media de ir y venir, tiempo que no estás dedicando a ti sino a ella.
4. No lo llames “ir de paseo”: Porque es preocuparse por ver que actividades infantiles puedes hacer con ellos ese día. Es chequear periódicos y agendas. Es intentar que sean diferentes: hoy un museo, mañana un cuentacuentos, pasado un picnic en el monte… Es prepararlos para salir, chequear que llevas todo, y eso hoy en día incluye moto, patinete, y carrito… No se te ocurre de casualidad que hay una exposición de arte hermosa para compartir con ellos. No. Te has preocupado por buscarla. Y además te has encargado de preparar su merienda para que cuando llegue la hora tengan su bocata y su zumo. No aparece en la bolsa de los pañales por arte de magia.
Foto de Michael Jastremski
5. No lo llames “leer un poquito”: porque no leemos lo primero que encontramos. Hemos ido a la biblioteca y buscado durante un buen rato algo que les gustaba y que era adecuado para sus capacidades. Me he acordado de llevar el carnet de biblioteca que hemos tenido que hacer previamente, para lo cual hemos necesitado sacar unas fotos y traerlas el día fijado. He sentado y atado convenientemente a los peques en la silla por tercera vez en una tarde. No suben a la primera, sonriendo y cantando. Muchas veces tengo que convencerlos durante unos minutos o acabar enfadándome con alguno. Pero no por ello dejo de llevarlos a la biblioteca.
Estas son solo cinco cosas de las cuales tú: marido, novio, o pareja, no eres consciente. Pero que la mayoría de las mujeres hacen todos los días de todo el año. Por eso, aunque creas que ella es muy afortunada porque tiene “chica” en casa, piensa que la “chica” lava y plancha tus camisas, recoge tus calcetines y limpia el baño después de que tú lo usas. La chica que os ayuda en casa no es “de ella” ni “para ella”, sino que ayuda a cada uno de los miembros de la familia por igual.
Así que la próxima vez que pienses en lo que hace tu mujer, novia, o pareja por la familia, tal vez aprendas no solo a llamar a las cosas por su nombre, sino a valorarlas por lo mucho que suponen. Y en los casos en los que puedas participar en ellas, no dudes en hacerlo, entenderás todo muchísimo mejor.
¡Feliz Día de la Mujer Trabajadora!
9 Comentarios
el baul de la mary
No podría decirlo mejor!!
Alba Alonso
Gracias Mary! Un fuerte abrazo!
Rodrigo
Yo no me siento ofendido, porque soy un puto desastre, pero no por falta de interés, también soy un puto desastre conmigo, es natural. 😉
Alba Alonso
Venga Rodrigo! No será para tanto! 😉
Rodrigo
Me refiero a los desayunos, la ropa, el orden y la previsión. Puedes preguntar a Gi 😉
papaLobo (@papaLobox)
Seré la nota discordante pero no estoy de acuerdo con lo que dices esta vez. Das una visión de lo que tú crees que son las cosas y en muchos de los casos llevándolas a los extremos. Como decía das tu visión de lo que crees deberían ser las cosas y si no son así, entonces no valen. Esto no tiene nada que ver con ser hombre o mujer, sino con ser o no tú.
Por ponerte algunos ejemplos:
– He ido con mis hijos al pediatra el 98% de las veces y solo con ellos el 70% y sinceramente, situaciones así pasan, cuesta aparcar y generalmente los peques no suelen colaborar, pero tampoco es para tanto. No se si es porque aquí hay que tirarse media hora para aparcar.
– No es solo un paseo. ¿Por qué no? ¿Es necesario hacer un tour por todos los museos de la ciudad,? ¿Es necesario que siempre haya algún componente cultural prefijado. No podemos ir inventando sobre la marcha? ¿Hace falta salir de casa como si no volviéramos en tres semanas? Que no digo que alguna vez sea así, pero también habrá más opciones.
A ver, que entiendo que hay alguno que todo lo critique y que te venga con esa cantinela después de un día de perros con los niños y se merezca un golpe de remo, pero también hay que ver otras opciones.
Desde mi punto de vista, el que termines agotada/o después de una tarde con los niños, no es que no lo vean los hombres, sino que no lo ve aquel que no se queda con ellos, hombre o mujer.
Saludos
Alba Alonso
Está claro que son ejemplos muy concretos que se usan simplemente para representar a muchos otros casos. No quiere decir que a todo el mundo le cueste aparcar para ir al pediatra, en muchos casos incluso puede que sea fácil. Y claro que no hay que organizar todos los días mil cosas, un paseo por la playa con tus niños jugando al pilla-pilla no necesita ningún tipo de organización y es de lo más bonito. No te quedes con lo concreto, sino con lo que esos ejemplos representan.
Veo que tú no te sientes identificado con ello, y no sabes cuánto me alegro. De hecho mi post no va dirigido a todos los padres, sino a los padres que no ven esos detalles, y que tú y yo, sabemos que no son tres ni cuatro.
Respecto a estar agotado, claro que no hace falta ser hombre o mujer para poder verlo. Concuerdo contigo en que acaba agotado el que se ocupa de ellos sea jugando, o saciando sus necesidades biológicas. Si tu mujer es la que trabaja fuera y tú te dedicas al cuidado de los peques, serás tú el que acabe muerto, pero ella ha de saber ver y reconocer tu esfuerzo. Lamentablemente, en la mayoría de los casos eso no se aprecia ni valora, y en la mayoría de los casos son los hombres los que no lo ven.
Pero insisto en que no todos los hombres son así, y cada vez hay más pasándose al lado correcto. Pero por eso necesitamos darles un toque a muchos de ellos. Ya he comentado por Facebook, que esto no es una guerra de sexos, a ver quién lo hace mejor. Para nada. Hacerlo es lo que realmente importa. El esfuerzo, la práctica y las habilidades de cada uno marcarán las diferencias en cada acción, pero eso es lo de menos, ya que no se hará mejor por ser hombre o mujer.
Gracias por pasarte y dejar tu sincera opinión.
Un saludo! 😉
Judith
Me he sentido identificada con lo de que antes mi agenda era mi cerebro….ahora ya nunca mas. Decidi no darle mas importancia, desde que soy madre no soy la misma mujer hiperorganizada, ni hipereficiente. Y si , aunque no es mi caso hay cosas que los hombres no quiren ver.
Alba Alonso
A mi a veces lo de las citas me agobia un poco. Supongo que tengo demasiadas cosas en la cabeza, tendré que anotar más y no darle tanta importancia como tú! 😉 Gracias por pasarte Judith!