Evitar los roles de género en la educación de nuestros hijos
Hoy en día es tal la ansiedad que nos han creado por conocer el sexo del bebé, que incluso pagamos cantidades desorbitadas por un análisis de sangre que a partir de la séptima semana de embarazo nos confirmará casi al cien por cien si se trata de un niño una niña. Es cierto que esta prueba es menos invasiva que la amniocentesis y nos puede ayudar a averiguar el riesgo del bebé de nacer con ciertas enfermedades, pero en estos casos se favorece a los roles de género.
Por qué esa ansiedad por conocer el sexo del bebé
Muchos artículos, en especial aquellos que venden este tipo de pruebas, nos indican incluso que la relación emocional con el bebé es incluso mayor una vez se conoce su sexo. No lo creo así en absoluto. La relación emocional con ese ser que se está formando dentro de ti es única y especial, independientemente de si es niño o niña. Lo que ocurre es que una vez conoces el sexo te imaginas un cierto tipo de personalidad, unas características físicas y emocionales determinadas, y unas experiencias de vida con ese ser en concreto. A esto lo llamamos roles de género.
Además es cierto que al mundo del consumismo le conviene todo este oportunismo de conocer el sexo cuanto antes, porque eso nos llevará a pintar la habitación de rosa o azul, comenzar a comprar ya uniformes según el sexo, pensar en llenar la habitación de juguetes de muñecas o de superhéroes… Y nada de compartir entre hermanos de diferente sexo, ¡claro!
Qué roles de género asignamos a nuestros hijos
Como hemos comentado antes, ya incluso antes del nacimiento asignamos roles de género a nuestros futuros bebés. Pero este comienzo parece no tener fin. Nuestros peques crecen, y gota a gota, a través de nuestros comentarios, de los medios de comunicación, de la relación con el entorno, vamos educando a nuestros hijos para que se amolden a unos roles de género según sean niños o niñas.
Esperamos que nuestras hijas sean más dulces, más calladitas, más trabajadoras, menos líderes, más guapas, más constantes, más ordenadas, más limpias, que ayuden más en casa, que sean mejores cuidadoras…Y esperamos que nuestros hijos sean más movidos, más desordenados, más ruidosos, menos dulces, más ariscos, menos limpios, que no ayuden tanto en casa, más despreocupados…
Esos son nuestros roles de género “niño” o “niña”, y en cuanto alguno de ellos rompe un poco esos roles de género, o sale del canon que la sociedad considera como adecuado, lo criticamos y tratamos de que vuelva “a su sitio”. La expresión “salir del armario” suele usarse para las personas que rompen con lo establecido y se liberan comunicando abiertamente su sexualidad. Pero nuestros peques se encuentran encerrados en un armario con roles de género desde que nacen y si intentan salir de lo considerado como “normal”, si intentan salir de ese armario binario, con una puerta azul y otra rosa, se arremete contra ellos, tratando de empujarlos hacia el lado “correcto”.
¿Cuáles son los riesgos de los roles de género en nuestros hijos?
Aunque a muchas personas no se lo parezca, incluso crean que es “mono” que ellas tengan que ser siempre guapas, femeninas, y pasivas, mientras que ellos han de ser fuertes, salvadores, y machotes, los roles de género hacen mucho daño a nuestros hijos.
Los roles de género anteriormente mencionados le dicen a tu hija de manera inconsciente que ha de preocuparse por su imagen antes que por su cerebro, que ha de permanecer siempre a la sombra de algún gran hombre (marido, jefe,…), que lo suyo debe ser el hogar, la maternidad… y no tanto lo profesional. Que determinadas profesiones no son adecuadas para ella, y por lo tanto mejor no intentarlo. Que no puede llegar a ser quien quiera ser, sino que debe encajar en aquello que la sociedad dice que debe ser.
Los roles de género anteriormente mencionados le dicen a tu hijo de manera inconsciente que ha de preocuparse antes en demostrar su fuerza y poderío, que en cuidar a sus seres queridos. Que tiene que mandar, ser jefe, liderar, estar por encima, en especial de esos seres más delicados llamados mujeres. Que la esfera privada es espacio de la mujer, y su misión en ella será escasa o nula, por lo que su verdadera función será solo mantener económicamente a su entorno más cercano. Que determinadas profesiones no son adecuadas para él, y por lo tanto mejor no intentarlo. Que no puede llegar a ser quien quiera ser, sino que debe encajar en aquello que la sociedad dice que debe ser.
¿De verdad quieres que la sociedad decida cómo han de ser tus hijos?
Educar sin roles de género, desde la familia, desde la escuela, y desde el entorno es fundamental para respetar las personalidades de nuestras hijas e hijos. Yo quiero que mi hija pueda ser arquitecta, ingeniera, empresaria, bombera, catedrática o programadora. Pero también quiero que pueda ser maestra, enfermera, cuidadora de ancianos o peluquera. Que sea ella la que decida, alejada de roles de género.
Los roles de género del mundo rosa/azul ponen a nuestros hijos en diferentes mundos, con diferentes futuros.
Yo quiero que mi hijo pueda ser esteticien, bailarín, cocinero, secretario o camarero. Pero también quiero que pueda ser político, abogado, juez, empresario o policía. Que pueda ser lo que él decida, alejado de roles de género.
4 Comentarios
Arantxa
Totalmente de acuerdo. Tengo mellizos niña y niño y desde el principio hemos intentado huir de las etiquetas. En mi opinión hay cierto componente de instinto animal en algunas cosas. Al final hombres y mujeres somos diferentes pero no soporto cuando mi hija quiere ser el capitán américa o chase de la patrulla canina 😉 y le dicen que no puede porque es una niña. Suerte que mi hija tiene una personalidad de miedo
Alba Alonso
Efectivamente habrá algo de genética, pero la mayor parte es socialización. Y claro que hombres y mujeres somos diferentes, pero también somos diferentes mujeres y mujeres entre nosotras (yo no tengo nada que ver con alguna de mis hermanas), y hombres y hombres. Y en muchos casos, somos diferentes porque nos han educado para ser diferentes, eso no lo olvidemos.
Realkiddys trabaja para que se respete esa diferencia, para que tus mellizos puedan ser quienes quieran ser independientemente de si son niño o niña, y que nadie venga a apagarles sus sueños.
Un abraso y gracias por tus palabras Arantxa!
Montse morte
Me ha encantado!! Cuanto daño pueden hacer los estereotipos! Limitamos a las personas con ellos y es cierto que el entorno no lo podemos controlar, pero si podemos hacerlo en casa, enseñándoles que pueden ser y hacer lo que quieran siempre que disfruten con ello. Un saludo!
Alba Alonso
Muchas gracias Montse! Pues todos podemos hacer algo al respecto. Desde tu blog mismo invitando a niños, niñas, papás y mamás a participar por igual en las tareas de casa, como en esa preciosa foto que dice “ya friego yo”!!
Un fuerte abrazo!