Agosto 2026

Hoy sé que hay un antes y después de aquellos JJOO para mi y para mi hermano…

Recuerdo que fueron unos días donde vimos a mamá reír, chillar, llorar de alegría y de pena, poner cara de loca, saltar en el sofá, morderse las uñas, taparse los ojos, abrazarnos sin que supiéramos bien por qué…

Unos días en los cuales mamá, que nunca veía la tele, parecía permanecer pegada a la pantalla sin fin mientras las emociones iban hacia arriba y hacia abajo de manera desorganizada.

Y sin embargo, todo aquel caos puntual nos enseñó muchas cosas… Nos enseñó por ejemplo:

  • Que el periodismo de aquel entonces, profesión que mamá adoraba y le hubiese encantado ejercer, no siempre era tan bonito y sano como parecía.
  • Que lamentablemente, poco se hablaba de las mujeres, pues parecían seguir ignoradas por la sociedad pese a sus logros. Y que cuando sus éxitos eran tan grandes como para conseguir medallas en unos juegos olímpicos, entonces se daba más crédito a sus entrenadores masculinos o a sus novios deportistas, que a las miles de horas de entrenamiento personal y trabajo. Que en vez de hablar de sus años de esfuerzo, se hablaba del color de sus uñas o de la complexión de sus cuerpos. Y que los rankings no eran de logros deportivos en el caso de las mujeres, sino de belleza física en dichas deportistas.
  • Que los hombres también lloraban si perdían o ganaban, porque las emociones no tenían género y además era bueno expresarlas y compartirlas.
  • Que lo importante era disfrutar del camino y valorar lo que se había conseguido, porque si el esfuerzo había sido el máximo, el resultado fuese cual fuese, habría sido igual que obtener el oro. Y si el esfuerzo no había sido todo el posible, o se había fallado en algo, no importaba, pues se seguiría intentando hasta obtener la satisfacción de hacer las cosas bien, incluso aunque nunca se llegase al podio.
  • Que aquellas mujeres y hombres que participaban en dichos juegos olímpicos, ganasen o perdiesen, sí eran verdaderos modelos a seguir, grandes referencias a tener en nuestras vidas, pues era a través de su sudor y afán de superación que habían conseguido llegar tan alto.

Y todo esto nos lo enseñó mi madre a través de sus gestos, sus palabras, sus enfados, sus lágrimas…

Hoy es gracias en parte a esas críticas de mi madre y de muchas otras mujeres que mi hermano y yo practicamos el deporte que queremos con las mismas ansias que aquellos deportistas de los juegos olímpicos de #Río2016.

En mi caso, juego en un equipo de baloncesto, y sueño cada día con ser como aquellas mujeres de los JJOO 2016 que tanto admiraba mi madre. Entreno cada día para conseguir sentirme orgullosa de lo que hago, para aprender a trabajar en equipo y para saber ganar, pero también para saber perder.

Afortunadamente, hoy en día las mujeres ya ocupan tanto espacio como los hombres en los medios de comunicación, consiguen iguales patrocinios y todo el mundo respeta sus profesiones, sin tener que entrar a valorar su aspecto físico o sus vidas personales…

Aquellas mujeres increíbles de los JJOO 2016 lo tenían mucho más difícil, pero fue gracias a muchas personas como mi madre que jamás cesaron de criticar posturas y acciones sin sentido, que hoy en día mi hermano y yo podemos no solo soñar, sino llegar a ser quienes queramos ser en la vida…

Porque nuestro sexo no condiciona ni marca nuestras vidas, y nuestra pasión en todo lo que hacemos es infinita y no se ve nunca coartada por absurdos estereotipos.

Gracias mamá

Gracias #Río2016

2 Comentarios

  • Publicado hace 30 Agosto, 2016

    Mamá arcoíris

    Una bonita carta. Yo también creo que el deporte puede enseñarnos grandes valores de esfuerzo y perseverancia aunque a veces solo logramos sacar lo malo.
    En cuanto a la diferencia entre hombres y mujeres en el deporte, ojalá en 10 años se solucionase pero me temo que yo soy más pesimista en ese sentido (lo que no implica que no vaya a luchar por ello). Esperemos que nuestras hijas algún día puedan escribir una carta como esta 🙂

    • Publicado hace 30 Agosto, 2016

      Alba Alonso

      Ay…. ¿te imaginas que fuese cierto??? Seguro que en los años 70 estaban convencidos de que en los 90 estos temas ya estarían más que superados…Y seguimos igual…
      Pero como tú dices ello no va a impedir que sigamos luchando por un mundo mejor para nuestras hijas y nuestros hijos. Gracias por pasarte Mamá Arcoiris!! Un abrazo!

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